‘The art of the table’

Historias, anécdotas y curiosidades para aprender/entender/profundizar la evolución de la mesa, la cocina y el protocolo. Desde el origen de los primeros cubiertos hasta los cócteles favoritos de Hemingway.

UN BLOG DE

Nuestra forma de trabajar siempre comienza con el estudio de la historia. Profundizamos en el pasado para aprender de las costumbres antiguas y las reinterpretamos para adaptarlas al estilo de vida contemporáneo. Elegancia y confort caracterizan nuestra forma de entender el arte de la mesa.

El kipferl austríaco, Maria Antonieta y el croissant francés

El kipferl austríaco, Maria Antonieta y el croissant francés

Algunas leyendas sobre su origen

Se dice que el kipferl austríaco podría ser el abuelo del croissant debido a su forma similar de media luna. Un debate defendido por diferentes historias y leyendas que, las creamos o no, aportan un toque curioso y animado a la historia de estos dulces.El supuesto origen del kipferl austríaco se remonta al siglo XVII. Cuentan que el imperio otomano con la intención de invadir Viena comenzó a cavar un pasadizo que le permitiese entrar a la ciudad por debajo de la muralla. Cavaban por las noches mientras los vieneses dormían, sin ser conscientes de que los panaderos, que trabajan de noche, oyeron los ruidos. Estos alertaron a las autoridades evitando la invasión y para celebrarlo crearon el kipferl, un pan cuya forma de media luna imita la luna creciente de la bandera otomana del enemigo.El croissant francés, tan mundialmente conocido, se cree que puede estar inspirado en los kipferl austríacos que Maria Antonieta, archiduquesa austriaca y reina consorte de Louis XVI, hacía llevar a Francia en el siglo XVIII para sus desayunos. El empresario austríaco August Zang, inauguró un siglo más tarde en París Boulangerie Viennoise. Al cabo de muy poco tiempo, gracias a él, se hicieron famosos el kipferl y el pain viennois entre la alta sociedad. Zang en realidad modificó la receta original elaborando una masa mucho más escamosa, y así inició la primera versión de los actuales croissant franceses. Compartimos la curiosidad por conocer el pasado, las costumbres y tradiciones. La manera de profundizar en la historia y descubrir el origen de las cosas.

El bollo Suizo

El bollo Suizo

Un dulce madrileño "de toda la vida"

El bollo Suizo es un clásico de la repostería madrileña que data del siglo XIX. A pesar de su nombre, no tiene un origen suizo, sino que es una creación española, concretamente de Madrid. Su denominación se debe a la Confitería Suiza, un establecimiento muy popular en la capital española durante esa época. Inaugurada en 1845, esta confitería estaba situada en el número 6 de la Puerta del Sol se hizo famosa por la elaboración de este bollo. Con el tiempo, el Suizo se convirtió en uno de los productos más populares de las pastelerías madrileñas, llegando a formar parte del desayuno o merienda tradicional de muchas familias.  Detrás de la Confitería Suiza estaba una familia de origen suizo, los Fundérich, que decidieron instalarse en Madrid y abrir su negocio de repostería. El apellido Fundérich ha quedado asociado al prestigio del establecimiento, que no solo ofrecía repostería, sino también chocolates y dulces que traían influencias europeas, algo que en esa época era muy apreciado por la alta sociedad madrileña. La confitería fue un punto de encuentro social importante en Madrid. Durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, era frecuentada por intelectuales, políticos y personas de la alta sociedad que iban allí no solo a disfrutar de sus dulces, sino también a participar en tertulias y conversaciones en un ambiente elegante. En uno de los veladores, junto a las puertas de la repostería, solía sentarse Gustavo Adolfo Bécquer, quien asistió a este café hasta el final de su vida. El legado de la Confitería Suiza perduró durante décadas, y aunque el establecimiento original cerró sus puertas a mediados del siglo XX, dejó una huella indeleble en la tradición repostera madrileña. 

Los primeros linos de la mesa: cómo los detalles cambiaron la forma de comer

Los primeros linos de la mesa: cómo los detalles cambiaron la forma de comer

Origen y evolución del mantel y la servilleta

El lino blanco se ha convertido en un material indispensable tanto en nuestros proyectos como en la decoración de nuestras mesas. Nos inclinamos por el blanco debido a su capacidad para adaptarse a cualquier entorno, su luminosidad y la sensación de pureza que transmite. Es como un elegante lienzo que resalta la belleza de cada elemento colocado sobre él, destacando tanto la vajilla como los accesorios.   Del mantel a la servilleta Los primeros manteles datan de la época romana, y curiosamente también estaban confeccionados en lino blanco. En aquellos tiempos, los comensales solían sentarse alineados, compartiendo el mantel para limpiarse las manos y la boca, en lo que podría considerarse un primer antecedente de la servilleta moderna.   «La última cena» de Dietric Bouts, 1464-1468. Forma parte de un tríptico de Saint Peter's Church   La servilleta ha evolucionado y adoptado distintas formas y funciones a lo largo del tiempo, vinculándose a la cultura, la etiqueta y la innovación en diferentes civilizaciones. Existen relatos y leyendas que atribuyen su creación a diferentes figuras históricas, lo que ha generado una interesante disputa sobre su verdadero origen.   Se cuenta que durante la Edad Media, en las tabernas, era común colgar un paño de las paredes para que los clientes pudieran limpiarse las manos mientras comían. Sin embargo, fue después de la Revolución Francesa cuando el duque Jaques de Serviliet, al abrir su restaurante, implementó una innovación en la disposición de la mesa: cada comensal recibía sus cubiertos envueltos en una tela, la cual no solo cumplía la función de proteger los utensilios, sino que también se utilizaba para limpiarse durante la comida. Esto marcó un cambio significativo en la etiqueta y en la manera de organizar el espacio en las comidas formales.   Otra de las teorías sobre el origen de la servilleta está relacionada con el genio renacentista Leonardo da Vinci. Durante su tiempo como maestro de ceremonias y organizador de banquetes en la corte de Ludovico Sforza, se cuenta que los invitados tenían conejos atados a sus sillas, que usaban para limpiarse los dedos grasientos. Da Vinci, buscando una solución más elegante, propuso que cada invitado recibiera un paño personal para limpiar sus manos y cuchillos. Escribió: "He ideado que cada comensal tenga su propio paño, que, una vez ensuciado, pueda plegar para evitar ensuciar la mesa y mantener la compostura de la cena". Sin embargo, sus contemporáneos no entendieron la genialidad de esta idea en su momento, y su uso no se popularizó hasta mucho después.   Retrato de Leonardo Da Vinci     La servilleta: etiqueta y refinamiento Una curiosidad menos conocida es que, durante el Renacimiento, las servilletas bordadas con emblemas familiares o iniciales del anfitrión se convirtieron en un símbolo de prestigio entre la nobleza europea. Las familias adineradas competían por exhibir las servilletas más elaboradas y decorativas en banquetes, no solo como un elemento práctico, sino también como una forma de demostrar poder y riqueza. Este detalle añadido al refinamiento de las mesas ayudó a consolidar el uso de la servilleta en entornos formales. Además, durante el reinado de Luis XIV de Francia en el siglo XVII, el monarca impuso estrictas reglas de etiqueta en la corte de Versalles, y una de ellas era el uso adecuado de la servilleta. En los banquetes reales, se esperaba que cada invitado colocara una gran servilleta de lino sobre su regazo durante la comida. Este protocolo contribuyó a la difusión de la servilleta como parte integral del servicio de mesa, afianzándola como un símbolo de refinamiento y elegancia.     «Les buveurs de vin», Jacques Autreau, 1730      Compartimos el cuidado de la mesa y la importancia de los detalles. Cada pequeño esfuerzo, desde el mantel hasta la servilleta, mejora no solo la estética, sino también la experiencia en torno a la comida, creando momentos más significativos y agradables para todos los presentes.

El arte de servir la mesa

El arte de servir la mesa

El servicio a la francesa, a la inglesa, a la rusa y el servicio americano

Durante el reinado de Isabel la Católica, los hombres y mujeres empiezan a compartir la misma mesa para comer. A partir de este momento nace un gran interés por la etiqueta y el protocolo, y "los buenos modales" cobran gran importancia.   Fué Catalina de Médici en el siglo XVI, en Francia, quien introdujo el uso de la "cubertería" en la mesa, refiriéndose al conjunto de cuchillo, tenedor y cuchara. Hasta entonces, sólo era común el uso del cuchillo. En 1642, su hijo Enrique III, elaboró el primer reglamento de normas que se debían seguir en la mesa, como el uso de los diferentes tipos de platos y cubiertos.   A partir de entonces el arte de poner la mesa fue evolucionando a lo largo de los años, y surgieron diferentes maneras de servir la mesa en diferentes lugares del mundo. Actualmente, se pueden distinguir cuatro servicios de mesa; a la francesa, a la inglesa, a la rusa y el servicio americano.   Servicio de mesa francés durante un capítulo de la serie británica Downton Abbey     SERVICIO A LA FRANCESA A finales del siglo XVIII, durante la revolución francesa, los cocineros de la nobleza tuvieron que abandonar sus trabajos y decidieron abrir sus propios restaurantes, sirviendo la mesa de una manera más sofisticada y elegante, con una atención más personalizada. Surgió así el servicio de mesa francés que, con el paso de los años, se convirtió en un emblema de la gastronomía francesa. Proceso: El camarero se coloca a la izquierda del comensal, presenta la fuente y los cubiertos de servir, y el propio comensal se sirve en su plato. Los primeros en servirse son los invitados, empezando por las mujeres, y terminando con los anfitriones, que se sitúan enfrentados en el centro de la mesa. Este servicio es más lento debido a que los comensales forman parte del proceso. Servicio de mesa francés durante un capítulo de la serie británica Downton Abbey   Disposición de la mesa Se colocan dos platos: uno llano de base y uno de ensalada sobre él. Los cubiertos se disponen desde fuera hacia dentro, en el orden de la comida, separados entre sí por cuatro centímetros, los tenedores a la izquierda del plato y los cuchillos a la derecha de él. En el lado izquierdo, primero el tenedor de pescado y después el de carne; y por el lado derecho siguiendo el mismo orden se colocan cuchara sopera, cuchillo de pescado y cuchillo de carne. Los cubiertos de postre, tenedor y cuchara, se colocan en la parte superior de los platos, el tenedor con las púas mirando a la derecha y la cuchara mirando al lado contrario. Los tenedores se colocan con la punta hacia debajo, las cucharas con la concavidad hacia arriba y los cuchillos con el filo hacia el plato. La servilleta se coloca a la izquierda del último tenedor. El plato del pan, situado por delante de los tenedores, y con un cuchillo de mantequilla sobre él.  Las copas se colocan siguiendo el orden de la comida, de izquierda a derecha, la copa de agua, la copa de vino tinto, la copa de vino blanco, y la copa de champán.        SERVICIO A LA INGLESA  El servicio a la inglesa surge en el siglo XV durante el reinado de Enrique VII de Inglaterra. Las mesas de la nobleza inglesa solían estar muy recargadas, con hasta nueve copas y una gran cantidad de fuentes, cubiertos, palas y pinzas. Con este nuevo servicio se consigue liberar espacio en la mesa puesto que es el sirviente quien presenta y sirve los platos.   Proceso  El camarero se coloca a la izquierda del comensal, sujeta la fuente con la mano izquierda y utiliza la mano derecha para servir. Lo hace con una cuchara y un tenedor, una pala o unas pinzas y sirviendo la misma cantidad a todos los invitados. En el centro del plato se sirve el plato principal, a los lados la guarnición y las salsas se colocan a la izquierda o detrás del plato principal. El camarero retira los platos por el lado derecho. Los primeros en ser servidos son los anfitriones o el invitado de honor, situados en las cabeceras de la mesa. A continuación, el camarero sirve hacia la izquierda en dirección a las agujas del reloj.  Aspirantes a camareros durante una clase de la Escuela de Camareros de Londres en 1934   Disposición de la mesa Se coloca un plato llano de base y encima, un plato de aperitivos. En cuanto a los cubiertos, se colocan desde fuera hacia dentro, en el orden de la comida. Se utilizan tres tipos diferentes, todos separados entre sí cuatro centímetros. Para el plato de entrantes, cuchara, tenedor y cuchillo de mesa; para el plato principal tenedor y cuchillo de carne o de pescado; y para el postre, tenedor y cuchara de postre. Los tenedores se colocan con la punta hacia arriba, las cucharas con la concavidad hacia abajo y los cuchillos con el filo hacia el plato. La servilleta se coloca a la izquierda del último tenedor. El plato del pan, se sitúa por delante de los tenedores, con un cuchillo de mantequilla sobre él. Las copas se disponen en diagonal. La copa de agua se coloca por encima del cuchillo y un poco alejada del invitado, y la copa de vino tinto sobre la cuchara, un poco más cerca del invitado que la copa de agua. La copa de vino blanco a la derecha y un poco más abajo de la copa de vino tinto.         SERVICIO A LA RUSA Existen diferentes versiones que narran el origen del servicio a la rusa. Hay quien dice que fue durante el reinado de Luis XIV, cuando este tenía un sirviente llamado Gueridón, que, debido a su baja estatura, cuando le servía los pasteles, sostenía la bandeja de pie hasta que él hubiese terminado. Otras teorías cuentan que a principios del siglo XIX, el príncipe Alexander Kurakin, ordenaba que los platos se fueran preparando en frente de la mesa donde comía.  Actualmente se denomina gueridón a la mesa auxiliar en la que el cocinero trincha, corta, trocea, rebana, lonchea o flambea la comida, terminando de cocinar los platos para así servirlos recién hechos. El gueridón se coloca a un lado de la mesa y no se mueve durante la preparación. Proceso Tras la elaboración del plato, el cocinero sirve en el gueridón uno por uno cada plato y el camarero lo lleva a cada comensal, empezando por el invitado de mayor importancia siguiendo después el orden correlativo, siendo el anfitrión el último en ser servido. En las mesas con gran cantidad de comensales el cocinero sirve la base el plato en el gueridón y los acompañamientos o ensaladas las presenta el camarero y es el propio comensal quien se sirve. Servicio de mesa rusa (Gueridón) durante la preparación de “canard au sang” en el restaurante La Tour D´Argent de Paris   Disposición de la mesa Se coloca un plato de servicio. Los cubiertos se disponen desde fuera hacia dentro, en el orden de la comida, los tenedores a la izquierda del plato y los cuchillos a la derecha de él. Primero el tenedor de aperitivos, después el tenedor de pescado, y por último el de carne; y por el lado derecho cuchara sopera, cuchillo de pescado y cuchillo de carne. Los tenedores se colocan con la punta hacia debajo, las cucharas con la concavidad hacia arriba y los cuchillos con el filo hacia el plato. Los cubiertos de postre no se colocan en la mesa. La servilleta se coloca encima del plato de servicio. El plato del pan, se sitúa por delante de los tenedores, con un cuchillo de mantequilla a su derecha. Las copas se disponen en diagonal, igual que a la inglesa. La copa de agua se coloca por encima del cuchillo y un poco alejada del invitado, y la copa de vino tinto sobre la cuchara, un poco más cerca del invitado que la copa de agua. La copa de vino blanco a la derecha y un poco más abajo de la copa de vino tinto.      ESTILO DE MESA AMERICANO  Se inspira en el servicio de mesa francés, y cuenta con una serie de modificaciones introducidas por el cocinero francés Auguste Escoffier. Escoffier fue pionero en incorporar el menú a la carta, lo que permitía una rápida preparación de los platos, manteniendo un servicio igual de elegante, aunque más rápido y práctico.  Proceso Este estilo combina diferentes características de los anteriores.Los platos se elaboran y emplatan en la cocina, y el camarero los sirve directamente a cada comensal por el lado derecho.  Se utiliza el servicio inglés para servir los platos de sopa o cremas, por lo que el camarero sujeta la fuente con la mano izquierda y va sirviendo a los comensales con su mano derecha. Para ensaladas o entrantes se utiliza el servicio francés, de manera que el camarero los presenta y cada comensal se sirve.   Disposición de la mesa Se coloca un plato llano de base y encima, un plato de aperitivos. En cuanto a los cubiertos, sólo se colocan inicialmente un tenedor, un cuchillo y una cuchara para los entrantes. Los cubiertos necesarios para los distintos platos posteriores los coloca el camarero antes de llevarlos a la mesa. Los tenedores se colocan con la punta hacia arriba, las cucharas con la concavidad hacia abajo y los cuchillos con el filo hacia el plato. La servilleta se coloca encima del plato de aperitivos. El plato del pan, se sitúa por delante de los tenedores, con un cuchillo de mantequilla a su derecha. Las copas se disponen en diagonal, igual que a la inglesa y a la rusa. La copa de agua se coloca por encima del cuchillo y un poco alejada del invitado, y la copa de vino tinto sobre la cuchara, un poco más cerca del invitado que la copa de agua. La copa de vino blanco a la derecha y un poco más abajo de la copa de vino tinto.        Compartimos la inquietud por descubrir el origen de nuestras tradiciones.La elegancia y calidad en el arte de poner la mesa.